Tuesday, August 1, 2017

Sin prisa, pero sin pausas.



Para mis hermanos cubanos. Los de aquí, pero especialmente los de allá. Esos que se entusiasman, los que a pesar de haber visto y sufrido durante cincuenta y nueve años la misma política de un pasito adelante y dos atrás, aún esperan un milagro. Les hago una simple pregunta. ¿Como confiar es un Estado que considera la riqueza su principal enemigo? "No permitiremos la acumulación de riqueza." Y se los dice un tipo rollizo, a punto de reventar las costuras de la guayabera por acumulación de proteína, colesterol y abundante fibra. Con una vasta colección de relojes incluyendo costosos Rolex. 

"Trabajamos por un socialismo sostenible" dice el mismísimo Raúl  Castro, escudriñando a los presentes, observándolos mejor, a través de lentes cuya armadura cuesta lo que un cubano de a pie no ganará en seis años de trabajo y sujetando los papeles con lánguidas, suaves y cuidadas manos que no saben ni sabrán jamás lo que es un día de trabajo, papeles que le indican que el país se hunde en impagables deudas. Y de vez en cuando repite, "sin prisa, pero sin pausas."

¡Ay hermanos míos! ¿Cómo decirles, cómo explicarles que el interés principal de esos y todos los políticos es mantener el poder? Al menos aquí, tenemos la oportunidad de sacarlos de su puesto cada cuatro años y el derecho diario al pataleo. Créanme que no los culpo, la mayoría de ustedes heredaron un sistema donde para ser dueños absolutos de sus destinos les ofrece solo un par de opciones. Lo dijo el irrepetible maestro Reynaldo Miravalles en su última actuación en el corto metraje La Casa Vacía, "aquí hay dos opciones: resignarse o irse pal carajo." Y que pena, que pena de un gobierno, de una sociedad donde un sistema le ofrezca solo esas alternativas a sus ciudadanos. Mi intención no es convencerles, no aspiro a que me crean, solo a que escuchen, a que analicen por ustedes mismos y a que discrepen de mi. ¿Como puedo yo aspirar a competir con más de medio siglo de adoctrinamiento constante? Prensa escrita, radial, televisada machacándoles noche y día las bondades de un sistema intolerante con los que pensamos diferente y anunciándoles por más de medio siglo, el agotamiento, el fin del capitalismo. Ah pero no son capaces de informarles quien sucederá a Raúl como presidente el próximo año, ni que sucederá si el gobierno de Maduro se va a bolina. 
Amigos míos, no hay mucho que explicar. Si algo funciona bien, en materia de servicios y calidad en Cuba, son los negocios por cuenta propia. El gobierno
 acaba de informar a través de La Gaceta Oficial, la suspensión de licencias, para ejercer legalmente una larga lista de estos oficios. No importa la gran cantidad de divisas que aportaban a las arcas del Estado por impuestos y licencias. No importa la excelente calidad de sus servicios y la cantidad de empleos que generan. La ecuación es simple. Quieren a sus ciudadanos en la pobreza. Es la fórmula perfecta para mantenerlos sometidos y gobernables. 

Hace treinta y nueve años, estando de visita en Cuba, una querida amiga de la infancia, muy entusiasmada me dijo, -Migue, lo acaba de decir Raúl en un discurso, "ya está bien que la soga se quiebre por el lado más fino." Me lo dijo con toda la esperanza, con toda la convicción que un ser humano puede albergar. Treinta y nueve años después ella sigue allí. Una foto no mide el entusiasmo, aunque puede mostrar la pesadumbres de una mirada, la desilusión de un ser humano, la desidia de un entorno, la sonrisa ausente de cuidado bucal, o el conformismo ante lo inalcanzable. 

Mi querida amiga, lamento informarte, a ti y a los demás, que la soga, tú soga, se sigue y seguirá quebrando por el lado más fino. Y eso, cubanos de aquí y de allá, no es ni patriotismo ni soberanía. Eso, simple y desafortunadamente es miseria. Miseria interminable, impuesta sin prisa, pero sin pausa. 

¡Ay Cuba, sufrir es tú destino! 

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