Thursday, May 2, 2019

Primero de mayo y la mula de Primo




 

Yo quisiera que alguien me explicase algo. Yo quisiera poder explicar algo.
Ayer 1ro de Mayo los noticieros de televisión nos mostraron imágenes de cientos, miles de hombres y mujeres reclamando mejoras salariales, laborales, económicas en las principales capitales y ciudades del mundo. En España, en Inglaterra, en Francia, en Alemania, hasta en Rusia. En algunas capitales las protestas se volvieron violentas, en Paris volcaron automóviles y se quemaron contenedores de basura.

Mientras tanto en Cuba, en La Habana, el país con uno de los peores niveles salariales de toda América, con pésimas condiciones laborales y de transporte, miles de ciudadanos marcharon desde temprana horas de la mañana por la Plaza de la Revolución frente a los principales dirigentes del partido comunista cubano organizada y respetuosamente. Ni un solo reclamo, ni una sola queja, ni un solo intento de reivindicación económica, laboral o social. Solo denuncias de una posible intervención o agresión extranjera.

En el central Mercedes (6 de Agosto) mi pueblo natal en la provincia de Matanzas, para reparar las paredes de los hornos se utilizaba una mezcla de cemento con polvo de ladrillos refractarios. Para obtener el polvo se trituraban los ladrillos viejos. Esta labor la realizaba una mula que tiraba de una rueda gigante debajo de una caseta circular. La mula de Primo la llamaban porqué su dueño y operario de aquella trituradora era un negro flaco al que todos llamaban Primo. Desde tempranas horas de la mañana, Primo ataba el delgado animal a la rueda y la azotaba para que tirara de ella haciendo un círculo mientras él arrojaba ladrillos debajo de la pesada rueda. Hora tras hora, día tras día, mes tras mes, año tras año, la mula de Primo realizó flaca y mal nutrida aquella tediosa labor.

Muy mayor y casi ciega fue revelada de aquel calvario y soltada en un potrero. Era usual verla años después de Primo haber muerto, dentro del potrero dando vueltas en círculo sin apenas detenerse a pastar.

Amigos, la libertad física no es posible sin libertad mental.