La última vez que lo vimos fue en marzo. Con una indumentaria que incluía bufanda y abrigo de color negro. Como si se tratara del crudo invierno londinense y no el sofocante calor habanero. Lo bajaron de una furgoneta con el mismo ritual que se baja un espanta pájaros, para colocarlo en un campo de trigo. Con él a cuestas, subieron los escasos escalones hasta la entrada de la Nunciatura Apostólica de La Habana. Aferrado a sus ayudantes como un naufrago a un salvavidas, dio jadeante, los pocos pasos que lo acercaban a Benedicto XVI. Entre sus acompañantes se encontraban: Delia Soto del Valle, su compañera ¿Sentimental? Y dos hijos producto de esa relación. Uno, un aprendiz de fotógrafo o comerciante de instantáneas. El otro, un mediquito fanático del beisbol, un especie de playboy von vivant del proletariado. Ambos vástagos son una versión tropical de los hijos de Hussein y Gadafi.
A mediados de junio los medios oficiales publicaron sus últimas reflexiones. Tres cortos ladrillitos llenos de incoherencias dedicados a: la Moringa, el Yoga y la existencia. Hace cuatro meses que no se sabe nada de Fidel Castro. Ni una palabra a sus aduladores el pasado 13 de Agosto por las felicitaciones con motivo de su cumpleaños. Ni una felicitación por el triunfo electoral a su mecenas Hugo Chávez. Hemos sido testigos de estas ausencias anteriormente. Las dudas se aclaran cuando al gobierno no le queda más remedio que dar un testimonio de vida y por muy impresentable que este, sacan y muestran el muñeco. Esta vez ha sido distinto. Ni una sola foto ni una sola palabra. Solo un denso silencio parecido al de las morgues o el sepulcro.
Con los periodistas cubanos no se puede contar. No son más que tímidos voceros de Palacio. Acostumbrados a servir, no a cuestionar. No son capaces de indagar sobre la salud de su Comandante. Solo esperan, dócilmente las instrucciones de “arriba.”
Yo digo como dice el dueño de una funeraria: “No quiero que nadie se muera, solo quiero que Cuba progrese.”
Algo me dice que los dos trámites para viajar, que injusta y arbitrariamente el tirano impuso a los ciudadanos cubanos: La carta blanca y la salida definitiva, le han sido concedidas. Esta vez a él. Con la variante que no le esperan, el aeropuerto José Martí y un avión de una línea comercial para llevarlo a la libertad. Como debe ser en este caso, le espera un largo y tortuoso camino, empedrado de remordimientos y de sus propias malas intenciones. Ese camino conduce al Infierno. ¡Bon voyage Cammandant!
Grillo, muy acertado tu cometario creo que ahora si se fue del parque. Falta que hace que descanse y sobre todo que deje descansar.
ReplyDeleteRaul Andrade
Recientemente nuestro común censor te dejó pasar una referencia sobre Camilo Cienfuegos y parece que, según el poeta, con tres añitos ya debías estar en el complot para "desaparecer" su avión. Yo no sabía nada de todo esto, pero me recuerda a un conocido de por aquí de nombre Francisco Franco, a quien se le cayeron dos aviones de gente que le podía hacer sombra: uno se llamaba Sanjurjo y otro Emilo Mola Vidal(por cierto natural de Cuba). Mola tenía (y aún conserva residualmente en pequeños pueblos), calles y plazas principales en España. ¿Igual que Camilo Cienfuegos en Cuba no?
ReplyDeleteHola Juan.
ReplyDeleteSi, Camilo Cienfuegos es una figura legendaria de la revolución. La historia es larga. Intentare ser breve. El 20 de Octubre de 1959 Fidel recibe una carta redactada por Huber Matos, otro de los comandantes de la revolución. En la carta, Matos renuncia a su puesto de comandante a cargo de la provincia de Camagüey y pide que lo releven. Expone su descontento por el camino que está tomando la gesta, y la forma poco transparente en que se llevan a cabo los asuntos de gobierno. Fidel despacha para Camagüey a Camilo, con la orden de apresar a Matos pues este: - está en rebeldía. Le dice. Camilo vuela a Camagüey y llega casi en zafarrancho de combate al cuartel. Al mismo tiempo por las emisoras de radio de la región, se habla de un Huber sublevado he intentan poner la opinión publica en su contra. Las tropas leales al comandante Matos le piden pelear. Este da la orden de recibir a Camilo en paz. Camilo encuentra todo tranquilo y a un Huber Matos pacifico que le dice que no hay problemas que le entrega el mando. Camilo llama a La Habana, habla con Fidel y le dice: - Fidel, aquí hay un error, Huber no está sublevado. La voz de Castro se puede escuchar a través del teléfono. Es una fierra, trata a Camilo despectivamente, utiliza malas palabras y le ordena arrestarlo, hasta que el llegue. Fidel llega a Camagüey y hace un mitin público. Hace todo tipo de alegaciones contra Huber Matos, y exhorta al pueblo a ir con él hacia el cuartel militar. Mientras da este discurso incendiario, Camilo Cienfuegos, recostado a una pared, se deja caer, permanece en cuclillas en el suelo y cubre su rostro con su sombrero tejano. En una clara demostración de desacuerdo. Ese fue su final. Jamás regresó La Habana. Ni su cuerpo ni la avioneta jamás fueron encontrados. Castro gasto millones en recursos para encontrar los restos del Che en un País lejano. La búsqueda de Camilo termino en pocos días. Cualquier similitud con otro tirano, no es pura coincidencia. La militancia es insignificante. De haber sido necesario, para mantener el poder, Fidel Castro hubiese sido Hitleriano.
Gracias por tu participación.