Tuesday, January 17, 2017

Viejo.



Viejo, hoy desperté pensando en ti. Te imaginé montado en un caballo en medio de un enorme potrero rodeado de curiosos añojos en ceba. El pasto bien asistido, la cercas meticulosamente situadas. Te vi analizar la compostura y los rasgos en la anatomía de cada uno de los ejemplares. Incluso te oí repetir la frase, "ves hijo, se llama ganado, GA-NA-DO, la palabra te lo dice todo." Y es que, lo que hoy imagino, lo escuché y lo presencié de niño.

Viejo, hoy amanecí pensando en ti. Sera porque un día como hoy, un 17 de enero, pero de 1909 Juana te paría en el pequeño cuartito de un bohío de paredes de tabla, techo de guano y piso de tierra. ¿Cómo pudiste lograr todo lo logrado? Pues con una frase, una simple frase que solías repetirme y que me ha servido hasta el día de hoy.
Puede que el paraíso exista, puede que sea solo un cuento para consolar y dar ánimo a algunas almas en este difícil arte que es vivir. Pero viejo, exista o no, yo tengo la completa convicción de que tu estás en el. Esa convicción se la debo a que fui testigo que una vez te lo robaron, te lo destruyeron y con trabajo y esfuerzo lograste reconstruirlo. Y a la frase que mil veces repetiste,  “Hijo, el paraíso se lo construye uno mismo.”  ¡Feliz cumpleaños mi viejo!