La campaña política
en Venezuela ha cesado –al menos la parte propagandística-. Las urnas esperan
el sufragio del pueblo. Durante estos meses el candidato del partido opositor el
joven (nació en 1972 cuando yo ya fregaba platos en Madrid) Henrique Capriles Radonski
se ha referido a su contrincante con respeto. Este, en cambio ha utilizado todo
tipo de epítetos contra Capriles. No sé si la oposición lograra la suficiente
cantidad de votos para sacar del poder a Chávez, pero todo parece indicar que
será una votación reñida. El gobierno y sus simpatizantes lucen preocupados,
razón tienen de sobra.
Mirando en
televisión el debate presidencial en Estados Unidos, note el nivel de respeto y
cordura que muestran ambos candidatos. Ni un solo epíteto, ni un solo adjetivo
descalificativo. Nací en la segunda mitad del siglo pasado, pocos en aquella
época se atreverían a vaticinar que en Estados Unidos, medio siglo después un
hombre blanco debatiría en televisión con un hombre negro y lo llamaría Señor Presidente.
Al final sonrisas y un apretón de manos. Eso no solo es evolución, es también
una lección a aprender. Sobre todo para estos pueblos de América donde algunos se
van detrás del político que demuestre mayor desmesura, desfachatez y chabacanería.
Chávez no quiso
debatir con Capriles: “- Me daría vergüenza porque ahí lo que hay es nada” dijo
el mandatario en su momento. ¿Dañó a Chávez esta actitud? Algo me dice que si,
algo me dice que ahí lo que hay es una gran cantidad de votos. Ahí lo que hay es
una gran cantidad de venezolanos dignos, trabajadores, honestos, que aman a
Venezuela, que creen que su patria tiene un mejor futuro sin Chávez. No señor Presidente,
no todos son eso que usted dice.
El domingo en
Venezuela está en juego mucho más que una silla presidencial. En lo que a Cuba
se refiere, una vez mas el gobierno castrista
a puesto el futuro de la nación en dependencia del destino de un país
extranjero, esta vez de una elección. Lección no aprendida, aparentemente.
Una elección no se
gana con epítetos, se gana con votos, y en las urnas. Espero que los
venezolanos el domingo puedan demostrarle eso al mundo. Llegue a todos mis
deseos de una Venezuela mejor.
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