La mano de Martí.

Los dedos largos, finos. La mano grande, mansa, sujetando con ternura la cintura del ser querido. Esa misma mano, esos mismos dedos que escribieron inolvidables versos y hermosas cartas llenas de amor, un día supieron empuñar un revolver para combatir la opresión y la injusticia. Pregúntate cubano ¿De qué lado estaría Martí en la coyuntura que vive hoy la nación cubana? No te lo preguntes, no es necesario. Estaría una vez más enfrentado al tirano.      

GASTON VAQUERO

Lo conocí personalmente en la cafetería Los Tres Cerditos, en la calle Carretas, a escasos metros de la Puerta del Sol. Hasta allí, llegábamos los exiliados cubanos buscando algún sabor típico cubano. En aquel Madrid de 1972 era prácticamente el único lugar donde se podía degustar un plato de lechón asado y frijoles negros con yuca, o tomar un delicioso batido de mamey o papaya.

En el sótano, Bobby Collazo amenizaba las tardes al piano, con aquellas melodías que nos recordaban un país lejano y una tradición casi perdida. La nostalgia es el refugio de los desamparados.

No lo vi mulato, no lo vi gay. Lo vi inmenso en su estatura y en la  grandeza de la cultura que demostró. Leyó poemas y hablo brevemente en una pequeña peña literaria. Aquel encuentro fue pura coincidencia. Jamás había oído hablar de él. Luego supe quien era y seguí con entusiasmo sus artículos en la prensa local.

Gastón Vaquero vivió de mayo a mayo, dejo a lo largo de sus 79 mayos de vida una magnífica obra literaria.

Yo lo descubrí en Madrid una noche de 1972. Muchos cubanos aun no lo han descubierto. Un grande, un nuestro, amordazado por la censura.  Otra de las cosillas que no se le pueden perdonar jamás a la dictadura de los hermanos Castro.   

Vicente Grillo Martin.

En la finca Esperanza y Sumidero en el Central Mercedes, Matanzas, Cuba, el 22 de enero de 1911 nació mi tío Vicente Grillo Martin (Quiro). El, forma parte de ese reducido grupo de hombres que he admirado toda mi vida. Además de atender la finca familiar, se dedico a la compra y venta de ganado vacuno.

Debido a la crisis financiera que azoto al mundo en la década del treinta, el hurto de ganado prolifero en Cuba. En aquellos largos viajes arreando ganado a caballo era necesario protegerse y proteger el ganado. De ahí esta foto al estilo oeste americano. “Cuando la razón y el derecho no alcanza, la negra boca del cañón de un 45 suele hacerlo”. Quiro murió el 19 de marzo del 2002, rodeado de su familia, querido y respetado, a escaza distancia de donde nació. Tenía 91 años de intachable trayectoria.

Hoy, no lo recuerdo anciano, no lo recuerdo enfermo, lo recuerdo dicharachero, elocuente, la sonrisa franca y el brillo de sus ojos verdes. Erguido sobre la Mulata, aquella veloz yegua retinta, casi negra, dando órdenes hábilmente y apartando ganado en los corrales. Lo recuerdo así, porque así era. Feliz cumpleaños Vicente. Feliz cumpleaños mi inolvidable tío Quiro.