-- Pueblo
amarillento, aquí con mi camisa de colorines. Con estas palabras comenzó
Nicolás Piloto el discurso que a pesar de los años transcurridos aun recuerdan
sus coterráneos del Central Mercedes. Se celebraba en el cercano pueblo de
Amarillas un acto por el primer aniversario de la creación de la Asociación
Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP). Nicolás por ocupar un alto puesto en
aquella organización, había sido invitado a participar como orador.
Delgado,
alto, piel color de ébano, (perdón, color de ébano era Celia Cruz, Kid
Chocolate y Bola de Nieve, Nicolás era color chapapote) había sido colono del
Central Mercedes hasta el triunfo de la revolución. Aquel colono, simpatizante
de Batista, se volvió de la noche del 31 de diciembre de 1958, a la mañana del
primero de enero del 1959 en un furibundo castrista. Cualquier similitud con
millones de cubanos vivos, o muy vivos, no es pura coincidencia.
Eufórico,
con su camisa “de colorines” empapada de sudor, Nicolás prosiguió su elocución:
-- Vengo representando el pequeño agricultivo y no al colonato. - Dijo - Sofocada por el
caluroso verano, castigada por el contenido y calidad de aquel discurso, la
multitud se movía incomoda. Piloto, enardecido gesticulaba desde la tribuna. En
el momento cumbre, en el éxtasis de su embriaguez popular prometió: -- Entre
Amarilla y Calimete vamos a construir un puente. Alguien del grupo que lo acompañaba
en el pódium le aclaro en voz baja: -- Nicolás, entre Amarilla y Calimete no
hay río. – No “inpota” lo “hacemo” también y le “echamo” agua con la bomba de
Tito. Se refería a Tito, su hijo que manejaba el camión de bomberos del Central
Mercedes.
Ha pasado
medio siglo de aquel pintoresco hecho. Aquel fue solo en comienzo de una práctica
llevada a cabo no solo por Nicolás Piloto. Otros oradores se han encargado de
prometerle al pueblo cubano mucho más que puentes y ríos a lo largo de estos
cincuenta años.
Yo, que
no creo en la reencarnación, he llegado a la conclusión que Nicolás Piloto ha
reencarnado. Eso sí, piel más clara, mas corpulento, la misma estatura, el mismo
contenido encefálico y hasta el mismo nombre. Solo que ahora no preside una organización
gubernamental para engañar y explotar campesinos. Ahora preside un país petrolero.
Aquel colono, simpatizante de Batista, se volvió de la noche del 31 de diciembre de 1958, a la mañana del primero de enero del 1959 en un furibundo castrista. Cualquier similitud con millones de cubanos vivos, o muy vivos, no es pura coincidencia. COMO HUBO DE ESOS MARCO POLO'S EN BUENA VISTA!, Buenisimo Miguel Grillo Morales
ReplyDelete¡Qué memoria tú tienes caballo! Yo ni me acordaba de ese renglón de nuestras vivencias. Cualquiera que no sea de allí se piensa que es un cuento pero es bien real. Gracias por traer a mi mente esos recuerdos de nuestro querido Central Mercedes.
ReplyDeleteSaludos del Yeyo.
Felicidades, Miguel. Brillante escrito. Un abrazo, Orestes Matacena
ReplyDeleteSiempre que veo tu nombre aquí busco el escrito, siempre certero, ameno, humano y muy apreciado. Eres muy razonable en tus deducciones, tu cultura es innegable y haces sentir a todos bien con tus reflexiones no te detengas sigue así por favor, ante cada hecho desasertado "TUS DEDOS EN EL TECLADO."Gracias y abrazos a toda la familia.
ReplyDeleteEstupendo. Este Nicolás Piloto está vivo y grita, podemos oír como sus promesas arrancan aplausos de los arribistas; también escuchamos, por lo bajo, los susurros desaprobatorios o irónicos, de los escépticos. Y, sobre todo, de los que le conocían bien.
ReplyDeleteBuenisimo. Un tema muy bien traido, comparado y narrado.
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