Raúl Castro regresará de su
periplo por los países asiáticos
con un par de acuerdos firmados y con una convicción: Esos
señores de ojos oblicuos, aspecto
tímido, sonrientes, reservados y disciplinados son unos tipos
duros y persistentes, por encima de cualquier ideología o simpatía
que puedan tener con el modelo que su hermano y
él han implantado en Cuba, mantienen una rígida
decisión: Si no se les paga lo que se les debe, no extienden más créditos. Por
esa razón más del 30% de una flota de autobuses Yutong que Cuba
compro a China hace unos años está fuera de servicio,
faltan piezas de repuesto y el gobierno de Raúl no tiene dinero para
comprarlas.
Los acuerdos logrados en esta visita son insignificantes,
solo uno, el que le otorga derecho al gigante asiático a explorar las aguas cubanas en busca de petróleo, tiene algún
significado.
Raúl anda algo
apurado, sabe muy bien que el futuro de de su régimen depende de los subsidios
venezolanos y estos se balancean peligrosamente entre dos cajones, uno el electoral, el otro el sarcófago de
Chávez.
Con los chinos es difícil negociar en igualdad de
condiciones, imagínense en desventaja y apurado. Por otro
lado las noticias sobre existencias del crudo
no son muy halagüeñas, la compañía Repsol perforó, selló y se marchó. Todo parece indicar
que Raúl anda con dos chinos detrás, uno como señal de mala suerte y otro para
que le pague.
Me alegro de poder leerte ahora aquí en tu grillera. Como también me gusta cuando entras en aquel blog donde nos conocimos. Ideas y claridad. Lamento no haberte descubierto antes pero me iré poniendo al día en tu lectura.
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