Fernando Ravsberg fue durante mucho tiempo, corresponsal de la BBC en La Habana. Cuando la BBC determinó ponerle riendas y editar sus artículos de opinión, el periodista renunció a su puesto. Fernando sigue viviendo y publicando su blog Cartas desde Cuba, desde La Habana. Todos sabemos lo difícil que es hacer periodismo desde los predios de la Hacienda Castro. Otros corresponsales extranjeros vivieron este calvario, el español Vicente Botín, por mencionar sólo uno, sufrió por años los acosos del sistema represivo castrista, los detalló en su libro Los funerales de Castro, escrito cuando abandonó su corresponsalía en La Habana.
Las opiniones de Fernando molestan tanto a los defensores del régimen castrista, como a los opositores. Acusado de castrista o de pluma servil del Imperio, Fernando sigue dando su opinión sobre diferentes temas. Recientemente criticó la actuación del grupo que organizó y llevó a Panamá el gobierno de Raúl Castro en representación de la Sociedad Civil. Fernando cuestionó su desempeño chusma y antidemocrático, su incapacidad para enfrentar el debate, así como la forma en que el grupo fue seleccionado en Cuba.
La reacción de "los guardianes de la fe", o sea los defensores a ultranza de la dictadura, no se hizo esperar. En las últimas semanas a Ravsberg le ha llovido a cántaros. Los ataques, como están acostumbrados y entrenados los piratas castristas, no fueron al mensaje, fueron al mensajero. ¿De qué no han acusado a Fernando? El linchamiento fue tal, que hasta Silvio Rodríguez pidió mesura y defendió al periodista, en su blog.
Si la actuación de los participantes seleccionados por La Habana en Panamá fue funesta, los ataques a Fernando Ravsberg han sido un bulmerang mediático. La sombra del totalitarismo informativo nos ha mostrado su más oscuro tono. Esa tendencia, esa incapacidad e incomodidad ante el debate es hereditaria, la demostró Fidel Castro innumerables veces cuando fue confrontado por algún periodista. Juan Manuel Cao, lo puso al parir, cada vez que tubo oportunidad de acercársele en alguno de sus viajes al exterior. En el último intercambio en Argentina, vimos a un Fidel descompuesto, acostumbrado sólo a la complicidad babosa de la prensa oficial cubana, preso de asombro y cólera gritarle a Cao: ¿Para quien tu trabajas? ¿A ti quien te paga?
¿Que podemos esperar de los que atacan hoy a Ravsberg? Amamantados con intolerancia, puede que sean hijos o nietos de aquellos que participaron en los horribles actos de repudio, o de los que en la actualidad arrastran hacia los autos policiales a las Damas de Blanco. El camino hacia la verdadera democracia en Cuba es largo y tortuoso. Mucho tendrá que llover para que en Cuba se logré el total respeto al derecho ajeno, el derecho a pensar diferente y no pagar un alto precio por ello. ¡Mucho tendrá que llover! A Fernando Ravsberg ya le están cayendo los primeros aguaceros.
No tengo tiempo de leer el blog de Silvio, me limito a tomarle la temperatura y había apreciado esto. De pronto los jefes llegan a un acuerdo y todos los palmeros, los abogados voluntarios, se quedan con el culo al aire, confusos, y mirando a todos lados. Es lo malo de las "adhesiones inquebrantables".
ReplyDeleteSilvio, en general; es más aperturista que sus seguidores y aprovecha la situación para dejar pasar aire. Creo que le apetece jugar un papel en la nueva situación. Tampoco se va a quedar como se jactaba, a que "le arranquen el badajo" Poco a poco el edificio se derrumba, habrá gente que quede presa en sus ruinas, pero otros que viven cerca pero fuera de él, serán alcanzados por cascotes. Recordemos, que en la Unión Soviética hubo un golpe de estado "de los puros" que al fracasar terminó con Gorbachov y con Yeltsin más aperturista, aupado a un tanque con el micrófono. Creo (espero) que no habrá (mucha) sangre en la transición, pero unos cuantos trompazos alguien se acabará dando o recibiendo.