Sunday, June 19, 2016

Dia del padre.

Viejo, hoy es el día. Ese día que han escogido para celebrar, agasajar y felicitar a los padres. Desperté pensando en ti. Yo siempre pienso en ti, sea o no sea el día de los padres. Muchas cosas han cambiado desde aquel 4 de noviembre del año 83 del siglo pasado en que se apagó tu vida entre las sabanas blancas de una cama de Hospital en Lake Worth. Fue una dura batalla contra el cáncer. Te venció, pero lo venciste, él también murió contigo.
 
Pero no es eso lo que quiero recordar hoy. Te quiero recordar alegre, risueño, vivo. Te quiero recordar montado a caballo, dándole vueltas en tu mente a una idea, a un negocio, a la forma de progresar y prosperar. Quiero recordar tu tenacidad, tu gran sentido del humor. Tu audacia, montándote por primera vez en un avión, con 62 años, para salvar mí futuro. Coño viejo, yo tenía que salir al menos regular, porque malo no me diste ejemplo ni oportunidad para que saliera. 
Te quiero recordar en familia porque en familia vamos a estar dentro de un rato. Tu hijo tiene hijos. Tres más, además de aquel pequeñito que alcanzaste a conocer. Esos hijos a su vez  comienzan a tener hijos. Por ahí anda una pequeñita de tez morena y firmes decisiones. ¡Si la vieras! Tiene el ADN Grillo cifrado en el carácter.

Quiero recordar además de tu tenacidad tu gran sentido del humor. Siempre me rio de la forma que contabas la anécdota del día que te atropellaron en Madrid. Intentaste cruzar la Avenida de la Albufera para reunirte con mi madre que compraba en una tienda. Viste un espacio, una oportunidad detrás de lo que creíste era último coche y te apresuraste a cruzar. No te cercioraste que detrás de de aquel coche venia un motorista. Sentiste el impacto y cuando abriste los ojos tenias un enorme molote de gente a tu alrededor. Una moto en el suelo aun girándole las gomas y un señor con un casco que te ayudaba a incorporarte, te alcanzaba las gafas y te preguntaba, − ¿Se dio golpe señor? Estabas de pie, no te había pasado  nada.  Al fin encontraste a la vieja, comprando distraída dentro de la tienda.
– ¿Oíste Miguel? ¡Arrollaron a uno allá afuera!
−Dame tu mano Carmita− Le dijiste, tomándole la mano y llevándosela a tu cabeza.
− ¿Y ese chichón? 
−Nada, tonta, que el arrollado fui yo…

Viejo hoy es el día. Ese día que han escogido para celebrar, agasajar y felicitar a los padres. Desperté pensando en ti. Yo siempre pienso en ti, sea o no sea día de los padres. No puedo abrasarte, no puedo besarte, pero puedo escribir esta nota llena de agradecimiento, respeto, admiración y orgullo. ¡Felicidades José Miguel Grillo Martin! ¡Felicidades mi viejo!