Tuesday, September 24, 2013

Cámaras y malos negocios.


El 18 de agosto a las 7:47 PM conduciendo rumbo norte por Le Jeune Rd, atravesé la intersección de la calle 14 del Noroeste, cometiendo una infracción. La luz cambio de amarilla a roja, cuando mi vehículo aun tenía los neumáticos delanteros sobre la franja peatonal del lado sur. O sea, me lleve la luz roja. Las famosas camaritas entraron es acción. Recuerdo el flash, que como un relámpago ilumino el interior del auto en la oscuridad de la tarde. No tardó en llegar vía correo, una notificación de la Ciudad de Miami donde están todos los detalles de los hechos acaecidos en aquel momento. Tres fotos muestran mi auto entrando y pasando la intercepción con la luz en rojo. Una dirección de internet permite ver el video.

No es mi intención debatir la acusación. Soy culpable. Las razones por las cuales escribo esta nota son dos detalles que me llamaron poderosamente la atención y me enojaron enormemente.

Primero: la abusiva cantidad de $158.00 que para cualquier conductor es la mitad del salario de una semana. Entiendo que la posición económica de los funcionarios, desde el alcalde hasta el último comisionado que aprobaron la ley para instalar las camaritas, les permite pagar una multa como esta sin dañar el presupuesto familiar. Pero el resto de los residentes de Miami no somos ni alcaldes ni comisionados.

Segundo: cuál sería mi sorpresa al comprobar que la dirección donde tengo que remitir el pago, es un apartado postal en la ciudad de Cincinnati, Ohio.

O sea, los empleados que ganan salarios por procesar el cobro de estas infracciones, no son residentes de la ciudad de Miami. Nuestro dinero va a crear empleos en otra ciudad.

¿Quién aprobó esta medida? ¿Quién estructuró este mal negocio?

Me gustaría por este medio hacerle llegar al alcalde Tomas Regalado y a todos los comisionados de Miami mi más enérgica protesta en nombre de los residentes de la ciudad. Tomas enterate: el dinero que disponemos para sufragar este mal negocio y este robo en forma de multa no nos fue regalado.

Thursday, September 19, 2013

¿Mi primer amor?


La primera vez que la vi, estaba sentada en el portal de su casa. Mi madre me llevaba de la mano. Fije mi vista en aquella carita y no la deje de mirar a pesar de los tropezones y las insistencias de mi madre. – Mira por donde caminas mijo --. Después supe que se llamaba Teresita y que a su madre le decían Nenona.  Vivian frente al cine del Central Mercedes, al lado de la guarapera de Ito Cardona en una casa de madera.
Acompañada de su hermana mayor un día apareció en mi feudo. Con la habilidad de un gato, trepé los gajos de las mejores matas de guayaba y puse en sus manos aquellos tesoros olorosos, verdes y redondos. Le mostré mi campamento debajo de la mata de limones. Mis armas, con las que derrotaba todos los ejércitos. Y la deje montar mi mejor caballo. Trueno, había sido domado por Joaquín Pino un cojo que con habiles manos, fue quien convirtió un viejo cabo de guataca en mi más preciado corcel.
De la cocina de mi madre robe para ella suculentos y recién confeccionados chibiricos. Los traje hasta la esquina del portal donde nos sentamos a charlar de esas cosas que charlan los niños. Fue en ese instante que mi hermana tomo esta foto que apareció ayer entre los recuerdos del pasado.